Las mezclas asfálticas son materiales compuestos principalmente por asfalto y agregados pétreos que se utilizan en la construcción de pavimentos de carreteras, autopistas, aeropuertos, estacionamientos y otras superficies. Estas mezclas se producen calentando y mezclando cuidadosamente el asfalto, normalmente un tipo de betún obtenido del petróleo, con agregados como arena, grava y polvo mineral.

Existen diversos tipos de mezclas asfálticas, entre ellas la mezcla en caliente, la mezcla tibia y la mezcla en frío. La más utilizada es la mezcla en caliente, cuyos materiales se calientan previamente antes de mezclarse. Esto permite un recubrimiento uniforme del asfalto sobre los agregados. La mezcla tibia se produce a temperaturas más bajas, mientras que la mezcla en frío utiliza emulsiones asfálticas sin calentamiento.

El proceso de producción involucra varias etapas. Los agregados se secan, seleccionan y separan según el tamaño deseado. Luego se calientan junto con el asfalto hasta alcanzar la temperatura adecuada para mezclarse. La mezcla se realiza en plantas donde todos los componentes se combinan homogéneamente. Finalmente, la mezcla se transporta a la obra para ser extendida y compactada, formando la capa asfáltica.

Las mezclas asfálticas presentan ventajas como durabilidad, impermeabilidad, flexibilidad y resistencia. Su composición y proceso de fabricación pueden modificarse para obtener las propiedades deseadas según su uso en carreteras, pistas de aterrizaje, estacionamientos, entre otros. Una adecuada formulación y construcción de la mezcla asfáltica es crucial para lograr pavimentos de alto desempeño.